El carro del Sol - 1911

Intérpretes del Estreno (04/07/1911)
Gran Teatro de Madrid
Caridad Álvarez
(Angelita)
Úrsula López
(Clubmen)
Luisa Moscat
(Remedios)
Conchita Salvador
(Amparo)
Luisa M. López
(Doña Elvira)
Enrique Ramos
(Antonio)
Mariano Rosell
(Don Fidel)
José Bodalo
(Bernáldez)
Simón Escrich
(Caldera)
Eugenia Zuffoti
(Pescadora)
Pandereta
(Casimiro Ortas-hijo)
Ignacio M. López
(Enrique)
Crónica del estreno
Digamos ante todo, y para satisfacer prontamente la curiosidad de los lectores, que El carro del sol obtuvo un éxito felicísimo, completo; en conjunto, por la buena casta y tendencia artística de la obra;particularmente, por la bellísima partitura del maestro Pepe Serrano, el héroe de la jornada. 

El carro del sol es una zarzuela española, á plena luz levantina, de animados y entonados paisajes, vistos y reproducidos con acierto y sensación del natural.

Sobre este fondo simpático y alegre ha encuadrado el Sr. Thous, afortunado libretista y colaborador de Serrano, una aventura romántica, de un agudo sentimentalismo, sin duda buscando momentos, pasionales para que el temperamento lírico de Serrano pudiera estallar en inspiradas y cálidas frases llenas de emoción y ternura. 

Es decir, que mucho de lo que allí ocurre no es sino una artificiosa pero necesaria preparación - y esto no es un reproche, dada la nobleza del propósito - para llegar á la tensión musical que el libretista se propone. 

Pepe Serrano ha musicado las escenas de El carro del sol, hábilmente preparadas por Thous, con una extraordinaria riqueza melódica y, sobre todo, con una amplitud  y elegancia orquestal admirables. 

Desde el preludio, en el que se destaca, ancha y rítmica, la copla de la jota valenciana, hasta la danza carnavalesca, Pepe Serrano hace gala de su buen gusto, de las exquisiteces de su arte personal y fuerte. 

La caricatura de una serenata morisca, la hermosa y brillante romanza de barítono, el número del brindis del cuadro segundo, lleno de distinción y galanura; la añorante romanza de Desdémona, delicadísima página musical, y el apasionado dúo siguiente, son lozanas muestras del temperamento de Serrano, que con esta obra afirma vigorosamente su personalidad y pone una piedra, milenaria en el camino de la ópera española. 

Si anoche no se repitieron todos los números de la partitura, no hay que culparlo sino á las excesivas proporciones de la obra que ganaría mucho en su interés aligerando el libro.

Largas y calurosas ovaciones reclamaron la presencia en el palco escénico de Thous y Serrano, que salieron innumerables veces. 

La presentación escénica, como siempre en el Gran Teatro, con todos los honores. 

El joven escenógrafo Martínez Molla ha pintado cuatro decoraciones que merecieron de todos los más significativos aplausos. 

Vila, como de costumbre, se lució en sus menesteres sastreriles. Ortas (hijo), un gran cómico, compuso con verdadera gracia el tipo de Pandereta.

Úrsula López,en obsequio de los autores, se prestó á hacer un papel insignificante, al que dio toda la autoridad de su nombre. Caridad Alvarez, Ramos, un barítono de voz simpática, y Soriano, coadyuvaron al buen conjunto, y Ortas (padre) demostró que es un director de escena de los que saben por donde se andan.

También hubo para él aplausos muy justos. 

En fin, un éxito de los gordos.

Enhorabuena, proceres.

ABC - 5 de julio de 1911
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