El Cristo de la Vega - Crónica del Estreno

 COSAS DE TEATROS

 PRICE.—El Cristo de la Vega: zarzuela en tres actos, letra de Gonzalo Cantó y Femando Soldevilla, música del maestro Villa. 

La bella tradición toledana, que el genio del gran poeta Zorrilla inmortalizó en su leyenda "A buen juez, mejor testigo", sirvió de base a los Sres. Cantó y Soldevilla para la zarzuela estrenada anoche en Price, con clamoroso éxito, á la oue puso música la lozana inspiración del maestro Villa. 

Bien será consignar aquí mi extrañeza de que El Cristo de la Vega no hubiera sido representado antes; pues aunque á muchos aficionados á retruécanos, flamenquerías y cuplés desvergonzados les parezcan anticuadas obras de aquel corte, lo cierto es que mientras el pueblo español conserve su carácter, estas leyendas y tradiciones encajarán perfectamente en nuestro teatro, y serán ruidosamente aplaudidas las escenas que patentizan la fe de nuestros ascendientes y los versos sonoros que las realzan. 

Gonzalo Cantó, hombre versado en lides teatrales y autor aplaudido en muchas ocasiones, tuvo la fortuna de escribir esta obra hace quince ó diez y seis años, en colaboración con Fernando Soldevilla, periodista de reconocida cultura, y que no había de cometer lapsus de los que frecuentemente se ven en otros autores, y la resultante de ese consorcio fué una zarzuela interesante y bellísima. 

Respecto al maestro Villa, no hay nada nuevo que decir para elogio del notable compositor. Su Raymundo Lulio mereció justos aplausos, y crítica y público reconocieron sus méritos, su dominio de la técnica orquestal, su depurado gusto y su briosa inspiración. 

Con decir que la partitura de El Cristo de la Vega tiene todo esto, sería suficiente. El preludio, un intermedio, bella página musical, que hubo que repetir, como repetidas fueron unas clásicas seguidillas, un dúo y un terceto, son muestras brillantes del talento del eminente director do la banda municipal. 

El maestro Villa fué ovacionado y obligado á salir á escena muchas veces, en unión de Cantó y Soldevilla. Muriel, cuyas decoraciones son también de muy buen gusto, escuchó aplausos. La noche de ayer será, pues, una fecha memorable para los autores de El Cristo de la Vega El público llenó el teatro por completo; fue un lleno imponente, que se repetirá muchas noches.

Un abonado. 

La Época - 24 de noviembre de 1915


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